miércoles, 26 de octubre de 2011

Con tazas y a lo loco

Del jueves al domingo asistimos al Festival de Series de Canal + con Pablo metiéndonos en vena capítulos, estrenos, conferencias, talleres… sobre el mundo de la televisión. Nos pasábamos prácticamente todo el día en el cine hasta altas horas. Imaginad nuestras caras de cansancio saliendo a las 2 de la madrugada de las salas y vernos a toda la gente de fiesta por Malasaña y Chueca. Veíamos que algunos privilegiados llevaban una bolsita de tela con cosas del festival y nosotros queríamos una. La pedimos y no nos dieron. Al entrar en una proyección nos encontramos tres bolsas sin custodia pidiéndonos “Llévame a casa”. Como somos buenos nos las cogimos y nos la llevamos. ¡Nos íbamos a quedar nosotros sin regalos! Dentro había chapas, una taza y tres camisetas que nos quedan estupendamente como podéis ver:

La inauguración estuvo presentada por el mismísimo Álex de la Iglesia:

 Uno de los días, antes de entrar a la proyección de ‘Los Borgia’ fuimos a comprarnos unos bocatas de cena. Nos los quisimos meter en la sala sin que nadie nos pillase y justamente fue la protagonista de la serie, Assumpta Serna, la que con su mirada de complicidad nos demostró que se había dado cuenta de nuestro secreto.

Ahora dedicamos un espacio en el blog para colocar unas fotos del piso. Inés no para de decirnos que quiere ver más y más, así que aquí tienes. Te dejamos un puzzle para que lo montes.







Una de las tardes fuimos al ‘Válgame Dios’ (un bar en el barrio con caras conocidas) un ratito con Ana, una amiga que hacía tiempo que no veíamos:

Hablando de amigas, contratando una tarifa de Internet nos hicimos íntimos de la dependienta del Telecor. Cogió confianza con nosotros y nos demostró que se le da muy bien imitar a los teleoperadores latinos que llaman a las 4 de la tarde. Después de un día, despedirnos de ella fue como despedirse de un familiar. Desde aquí le mandamos un saludo.

A otro hombre del que también nos encariñamos fue uno que bailaba al ritmo de las rancheras mejicanas en la puerta del Sol. Era todo un espectáculo y la sonrisa nunca le faltaba. Os dedicamos un poco de su arte y su felicidad:

Saliendo de casa para dar una vuelta, al cruzar la calle sucedió lo siguiente: Sergio se puso a cruzar y al momento se oyó a Inma gritar “¡Que te atropellan!”. Tras el frenazo del coche, Inma miró al conductor y al ver quién era, dijo ¡Gracias, Felisuco!

Se nos olvidó contaros el otro día que fuimos a probar el auténtico cocido madrileño en “La Bola”. Estaba muy bueno. Sólo tenéis que ver la foto:

Nosotros en casa hemos hecho otro que no tiene nada que envidiar. Caldito rico:


Como cosas breves y para concluir esta entrada, nos queda por decir que este año le ha tocado a Inma ser suplente en la mesa electoral de Roca, por lo que tendrá visita obligada por Valencia. Y Sergio ha recibido una carta de Marta Pascual escrita con mucho cariño que adjuntaba con chucherías. Mmm…

En la siguiente publicación de Barquilleando por Madrid os contaremos cosas de nuestros estudios. Hasta dentro de poco y no os olvidéis de opinar poniendo vuestro nombre.

sábado, 22 de octubre de 2011

Aquí sí hay quien viva

Empieza nuestra aventura madrileña y aquí vamos a contar las cosas más interesantes y divertidas que nos vayan ocurriendo.

Después de una dura búsqueda de piso, hemos encontrado el mejor. Ole, ahí que no nos sobra autoestima. Claro, “mejor” después de habernos traído media Valencia en trastos. La bienvenida nos la dio nuestra querida vecina Josefina. Para que nos entendáis y os situéis, imaginaos a Concha la de ‘Aquí no hay quien viva’ con el pelo liso y mellada de pala. La señora casi centenaria, que tiene un marido que zí que é curiozo porque llena toda la finca de carteles, ha subido ya tres veces a advertirnos de que no pongamos lavadoras y nos vayamos de cada para no hacerle goteras. Pues estamos en la república independiente de nuestra casa y hacemos lo que nos da la gana. El marido, Emilio nos ha aconsejado que no pasemos por la plaza de Chueca porque ya desde las 7 de la tarde hay gente bebiendo y… besándose. Además, este mismo señor, al enterarse que somos valencianos, nos dijo que la mejor paella que ha probado fue en Asturias, era de marisco y de salchichas. Sin comentarios. Ellos son los de abajo, pero los de nuestro mismo rellano también tienen su aquél. Les oímos, pero nunca los vemos. De ahí que sean los vecinos fantasmas. Programando la televisión, se quedó en un canal del tarot, por lo que ellos también tienen motivos para pensar mal de nosotros.

Hablando de carros de compra, la que hicimos en el Carrefour. Dos carros llenos para todo el año. La foto habla por sí sola:


Además, como la mamá de Inma quiere que nos cuidemos bien, nos ha traído un jamón de Aragón. Salivad:



Para los que quieran seguir salivando, fuimos a comer un cocidito madrileño bueno bueno. Caldito con fideos y luego platerá de garbanzos, ternera, pollo, patata…

Ahora os ponemos una foto-inauguración de la primera cena de los Navarro y de la primera de los Almela.



Hasta tender es una aventura. Mientras Inma tendía, debatíamos de qué pasaría si se nos cayese una prenda al patio (si nos la robarían, si nos la devolverían…), y en ese momento nos asomamos y ya había caído una de nuestras toallas. Cambiamos la opinión de nuestro portero al descubrir que era un hombre simpático que incluso nos la había plegado.


Cambiando de tema, Sergio se puso en un cajero, pero algo le impidió sacar dinero. Y es que a su lado estaba la actriz María Botto, él se puso nervioso y no pudo acabar su gestión.

En los días que Sergio estuvo solo esperando a Inma, quedó para cenar con Andreu, un amigo del cole que nos descubrió un sitio en el que por una bebida, te van sacando todas las tapas que quieras. Al día siguiente, vino a comer al piso Pablo, el señor Schmitow que aparecerá más veces en este blog. Al hacer la foto, el automático estaba puesto encima de la tele, y un personaje empezó “Cinco, cuatro, tres, dos, uno”.

Haciendo la mudanza, hicimos una caja entera de basura. Pesaba tanto que la bajamos entre los dos y ante nuestra sorpresa no habían contenedores. Imaginaos a nosotros dos con la caja, pasando por una terraza donde estaba la Patiño y sin saber qué hacer. Dijimos que ahora sería un buen momento para que nos atracasen. Al minuto pasa un mendigo con un carro de Mercadona admirando un cable que nos colgaba y le faltó tiempo para pedírnoslo. Al momento se iba tan contento con nuestra caja entera en su carro.

Como veis, aburrirnos no nos vamos a aburrir. Y aquí vamos a estar, en el blog Barquilleando por Madrid, para contar todas nuestras aventuras y desventuras.